El pasado 2 de abril, el presidente Donald Trump anunció una nueva política comercial bajo el lema “Día de la Liberación”, marcando un cambio significativo en la estrategia de comercio exterior de Estados Unidos.
Las medidas incluyen un arancel universal del 10% para todas las importaciones, y tarifas específicas más altas —de hasta el 34%— para países con los que EE.UU. registra déficits comerciales significativos. Aunque México no fue incluido en la lista de países sujetos a estos aranceles recíprocos, sigue enfrentando restricciones relevantes.
¿Qué cambia para México?
A pesar de mantener la exención frente a los nuevos aranceles recíprocos, México se enfrenta a desafíos importantes en el comercio bilateral, particularmente en sectores clave como el automotriz, autopartes, energía y manufactura avanzada.
Principales impactos:
Implicaciones para la cadena de suministro e inversiones
Estas disposiciones generan un entorno de incertidumbre operativa y regulatoria, con efectos significativos en:
La respuesta del Gobierno de México
La presidenta Claudia Sheinbaum reafirmó el compromiso con la estrategia nacional a través del Plan México, presentado el 3 de abril de 2025, es una estrategia integral compuesta por 18 programas y acciones destinadas a fortalecer la economía nacional y elevar el bienestar social.
Además, se mantiene la coordinación con Canadá para preservar la cooperación trilateral y defender los intereses económicos regionales bajo el marco del T-MEC.
Oportunidades para México
A pesar de los retos, el nuevo esquema comercial también presenta ventajas competitivas para México:
Recomendación final
Las empresas deberán de revisar a fondo sus cadenas de suministro, esquemas de exportación y cumplimiento con el T-MEC para asegurar la continuidad operativa y la competitividad en este nuevo entorno internacional que demanda: estricto cumplimiento normativo, eficiencia operativa en cadenas de suministro y estrategias proactivas de adaptación.
Aunque las tarifas arancelarias impuestas por el presidente Trump representan un desafío, también ofrecen una oportunidad estratégica para reposicionar a México como un centro regional de innovación, manufactura avanzada y transformación tecnológica.